sábado, 11 de febrero de 2012

Sobre Garzón


Como la mayoría de personas, yo no entiendo de leyes y no me he leído la sentencia del Tribunal Superior en la que se inhabilita al juez Garzón, así que dejo aquí esta entrada de blog de Rafael Arenas, catedrático de Derecho Internacional, para tener una voz autorizada al respecto.


Dada mi desinformación sobre el tema, más allá de lo que haya podido leer en la prensa o en las redes sociales, no puedo opinar demasiado al respecto, pero sí sobre la pésima percepción de mucha gente sobre la justicia en España ya que esta sentencia viene después de la absolutoria de Camps -que ayer hizo alarde de una actitud chulesca en la defensa de su tesis doctoral y su director llamó delincuente a Garzón-, de la también incomprensible sentencia del caso de Marta del Castillo, de los privilegios que se están aplicando a Iñaki Urdangarin... En la prensa ya se habla de brecha entre la sociedad y la justicia y esto me parece peligroso, terriblemente peligroso, porque dejar de creer en la justicia es abonar el campo a cualquier totalitarismo. Eso por no hablar del descrédito internacional que estamos sufriendo por culpa del acoso a Baltasar Garzón ya que cuesta entender, por ejemplo, que el juez esté acusado por investigar los crímenes cometidos durante el franquismo y hasta la ONU se ha pronunciado a favor de dicha investigación.
Y es que, por mucho que el Rey dijera en su discurso navideño que la justicia es igual para todos, las noticias que se suceden a diario parecen estar empeñadas en demostrar lo contrario.

3 comentarios:

  1. A mi también me preocupa mucho el descrédito de la justicia, que se une al de la clase política, las instituciones... Habría que empezar a pensar en qué hacer para recuperar esa confianza. Es preciso construir y debatir. Por desgracia el país se está convirtiendo en un centro de internamiento de hooligans y son escasísimas las oportunidades que encontramos para discutir de una forma abierta, constructiva, responsable y rigurosa. Y son más las que encontramos en las redes sociales que en los medios de información tradicionales o en el debate político. Preocupante, la verdad.

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    1. Sí, el descrédito de todas las instituciones forma parte de nuestra modernidad líquida pero los extremos a los que se está llegando en España no presagian nada bueno.

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  2. Hola Sonia,

    Estoy de acuerdo en que, más allá de los argumentos legales que hayan servido de base para la condena, también es importante el distanciamiento que este tipo de resoluciones provoca entre el conjunto de la sociedad y las instituciones en general.
    Hay que velar por respetar, mantener y mejorar nuestro Estado de Derecho. Para ello -y a mi modesto entender- a veces es necesario, no saltarse la legalidad a la torera, pero sí tener en cuenta que ésta cambia de forma mucho más lenta de lo que lo hace la realidad social, que es la que debería marcar la evolución de la realidad jurídica. No olvidemos que el Derecho es una herramienta al servicio de la sociedad, un conjunto de normas para mejorar la convivencia entre los miembros de ésta y de ellos para con el Estado y las instituciones.
    Las Ley no debería perjudicar al conjunto de la sociedad, y condenar a Garzón absolviendo a Camps, por más justificado legalmente que pueda estar (esto daría para una entrada completa, porque la arbitrariedad en la admisión de pruebas a trámite hace que la fundamentación jurídica pueda ser muy correcta pero basada en unos hechos preestablecidos por el juzgador), es un perjuicio para todos los que deseamos un país más justo.
    Un saludo.

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