sábado, 12 de noviembre de 2011

Los 90


En un alarde de pedantería, los bocadillos de un bar de Barcelona se llaman como célebres filósofos. Albert le preguntó a Arcadi qué nombre le pondría a los bocadillos si el negocio fuera suyo a lo que él respondió como si fuera lo más evidente del mundo: “pues nombre de las modelos de los 90, como Sofía Mazagatos, Raquel Revuelta, Mar Flores…”
Oh, Arcadi, que gran observador de la realidad. Arcadi es como un haiku, capaz de expresar grandes cosas con pocas palabras. Y es que su comentario nos retrotrae a los 90, esa época feliz en la que, por tener, teníamos hasta grandes supermodelos. A ver, no eran exactamente como Claudia Schiffer, Helena Christensen y Naomi Campell, pero también tenían su público. Recuerdo los 90 como una época de gran optimismo. A diferencia de nuestros padres, sabíamos inglés y empezábamos a viajar por Europa y los jóvenes europeos, por su parte, venían aquí gracias a esas becas Erasmus que tanto han hecho por la unificación y que ahora están en peligro por culpa de la crisis. Nos encantaba, por supuesto, la idea de pertenecer a la Comunidad Económica Europea –luego le quitaron lo de “Económica” para disimular-, con su banderita azul y sus doce estrellas, su Himno de la Alegría, su proyecto de moneda única que por entonces se llamaba Ecu…
Hoy, sin embargo, todo aquel optimismo en el futuro y entusiasmo por la Unión Europea anda por los suelos. Desde que entró en vigor el euro, los precios se dispararon y empezamos a estar sujetos al dichoso Euribor, palabra a la que cualquier persona con hipoteca teme más que a un nublado. Por lo que respecta a nuestras modelos, a Mar Flores se ha colocado bastante bien, Raquel Revuelta ahí anda y peor malparada ha salido la pobre Sofía Mazagatos aunque cualquier persona sensible la llevará siempre en su corazón por sus grandes perlas lingüísticas como “estar en el candelabro”.