jueves, 28 de junio de 2012

Wyoming for president

Creo que muchas, muchísimas personas opinamos como él, pero siempre reconforta escuchar un discurso bien articulado en el que se critican todas las obviedades de esta gran estafa disfrazada de crisis. Siempre pienso que en estos tiempos tan grotescos que estamos viviendo necesitaríamos un Valle-Inclán o un Goya para poder convertir tanto horror en arte. No es así, pero me conformo con la sátira que este gran comunicador nos ofrece cuatro veces por semana en la pequeña pantalla. Y con este gran mitin.



viernes, 22 de junio de 2012

El mundo es nuestro

Una de las cosas que más me molestan son las mentiras. Cuando descubro que alguien me ha mentido, se abre ante mí una brecha que me aleja de esa persona que, me cuente lo que me cuente después, siempre la veo oscurecida por la sombra de la duda. Pero, ¿qué sucede cuando los que mienten son las personas que dirigen el país? Pese a que aún no hemos llegado a los niveles de la visionaria novela de George Orwell, 1984, en la que el protagonista trabaja destruyendo información para reconstruirla al gusto de los gobernantes, nuestros políticos actúan como si así fuera y donde dije digo digo Diego y me quedo más ancho que largo.
Más allá de estas mentiras puntuales sobre hechos concretos que nos escandalizan momentáneamente y  que luego olvidamos -imagino que ya cuentan con ello-, hay otro tipo de engaño más sutil pero que, en mi opinión, lastra todavía más el decaído estado de ánimo general. Me refiero a los constantes cambios en las reglas del juego en las que siempre sale perdiendo la mayoría de la sociedad. Nos convencieron, por ejemplo, de que debíamos comprar pisos, que era una buena inversión y que sus precios nunca bajarían. Y no solo han bajado si no que, además, durante unos años, con la subida de los tipos de interés, las mensualidades se volvieron insostenibles para muchas personas y, para colmo, se han reducido los beneficios fiscales. Alguien podía intentar, por ejemplo, hacer su trabajo lo mejor posible para tener un contrato fijo en una empresa pero, una vez conseguido, convertirse en papel mojado. O encerrarte a estudiar para aprobar unas oposiciones, conseguir, por fin, el ansiado puesto de trabajo con un salario fijo para toda la vida y comprobar que no solo pueden bajar tu salario cada vez que les dé la gana -tanto el Gobierno central como el autonómico, que aquí no le hacemos ascos a nada- si no que, además, con las reducciones de plantilla frutos de los recortes, muchas de estar personas no saben ahora mismo dónde van a ir a parar.
De este engaño vital habla, con muchísimo humor, la película El mundo es nuestro, que está llamada a crear un hito dentro del cine español como en su día hiciera La estanquera de Vallecas: bancos que fingen ser nuestros amigos y que nos tutean, políticos corruptos, periodistas que se niegan a desperdiciar su carrera persiguiendo a famosetes en el AVE y mucha personas desesperadas pero que no pierden la dignidad. Y todo ello con la Semana Santa sevillana y la idiosincrasia del pueblo andaluz como telón de fondo. Una película sobre la crisis actual pero en clave de comedia, con momentos realmente hilarantes y una fantástica banda sonora que no hay que perderse.



sábado, 9 de junio de 2012

Rescatados

Esta mañana he ido a ver una obra de teatro al CEIP Ca n'Alzamora (Rubí) y me he quedado realmente sorprendida de la calidad del montaje y de la actuación de esas criaturas de 9 y 10 años. También me he emocionado al ver las lágrimas de una de las madres que por su color de piel y su acento he adivinado emigrante. Pensaba en su orgullo al ver el desparpajo de su guapísima hija sobre el escenario y espero que esto la alivie por los sinsabores que posiblemente ha vivido tras la dura decisión de dejar su país de origen. Y he pensado en el gran bien que ha hecho la escuela pública en la integración y la cohesión social. A la salida he visto a otra madre y esta pedía "colaboración" económica para poder realizar el próximo curso un nuevo montaje porque con los recortes ya no hay dinero para nada. Terrible que no haya dinero para la formación y la cultura mientras que para los bancos parece haber barra libre.



¿Qué nuevos recortes supondrá el rescate? No quiero ni pensarlo. Mientras, podemos dedicarnos a la contemplación de los juegos malabares que son capaces de hacer los políticos del PP para no decir la palabra tabú o para convencernos de que la inyección de dinero europeo no es un rescate. Veo aquí un filón para estudios lexicográficos y de Análisis del Discurso, la verdad. A quien no hemos oído, de momento, es al Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Al parecer, no le da demasiada importancia, porque sigue con la agenda prevista y viaja a Polonia para ver jugar a la selección española. Claro, debe de pensar que si ganan, aquí no ha pasado nada.

viernes, 1 de junio de 2012

El día de la bestia

Las cosas han ido tan rápido, tan de mal en peor en tan poco tiempo, que cuesta procesar todo lo que estamos viviendo. Si hace tan solo unos meses Zapatero nos parecía el peor presidente posible, su apelativo de Bambi parece hoy más adecuado que nunca, porque la situación de hace un par de años, cuando se empezaron a implantar los recortes, nos parecen una película de Walt Disney comparado con lo que estamos viviendo ahora. Nunca me parecieron bien esas tijeras que empezaron con el funcionariado. Se decía que al tener un trabajo fijo, qué menos que ser solidario con toda la gente que lo estaba pasando tan mal por culpa del desempleo. Esta afirmación parte de una premisa falsa porque no todos los funcionarios tienen asegurado su empleo -como ahora se está comprobando-, tan solo los de carrera, que no son la mayoría. Además que en tanto que su labor es el empleo público, degradar las condiciones laborales de este sector implica degradar los servicios que se prestan y siempre quien se va a llevar la peor parte son las clases menos privilegiadas.

Después nos vinieron con el argumento de que habíamos vivido por encima de nuestras posibilidades y que había mucha gente que no tenía nada más que hacer que ir al médico a saturar las urgencias o comprar medicinas a mansalva. Para mí, una de las argucias más delirantes fue la del turismo sanitario. Claro, una se plantea las vacaciones y se ve en la tesitura de elegir, por ejemplo, entre turismo sexual en Cuba o turismo sanitario en España y dice, "venga, va, a operarme de algo, que parece que me lo pide el cuerpo".

Y aún así, eso no era nada comparado con lo que tenía que venir, los 23.465 millones de euros de rescate para Bankia. Como nos resulta difícil entender la dimensión de esta cifra -aunque de manera intuitiva ya vemos que es mucho, muchísmo dinero-, vamos a realiza una comparativa. Con ese dinero se podrían incrementar las pensiones un 20%, cubrir el 81% de las prestaciones por desempleo, aumentar 18,5% veces el programa de becas, incrementar un 280% en gasto en educación y sanidad, subir un 13% el gasto social, incrementar 25% la inversión en cultura, ampliar 167 veces el apoyo a las PYMES, aumentar un 106% la inversión en infraestructura, cubrir cuatro años de Investigación y Desarrollo...

Entonces, si tan imprescindible era para el país reducir en Sanidad y Educación  -las columnas que sostienen el estado del bienestar con un presupuesto anual de 2.309 y 3.106,8 millones de euros respectivamente- ¿cómo es posible que ahora, como si tal cosa, se pueden regalar a fondo perdido 23.465 millones a una entidad bancaria? Realmente, que gran visionario Álex de la Iglesia cuando en su película El día de la bestia situó al anticristo en las Torres Kio.