jueves, 12 de julio de 2012

Un poquito de memoria

Hace justo un mes, Mariano Rajoy compadeció -ha sido una de las pocas veces que se ha dignado a hacerlo desde que empezó la legislatura- para explicarnos que gracias a su insistencia, había logrado un trato de favor, que nos dejaban unos eurillos por la cara que ya se encargaría la banca de devolver y que se iba a ver el fútbol porque aquí ya estaba todo arreglado. Y que, por supuesto, esto no era un rescate ni una intervención ni nada que se le pareciera y que no iba a afectar ni lo más mínimo a la ciudadania. Y más ancho que largo, oye.
Estas palabras crearon un gran revuelo en el resto de Europa, tanto que Durao Barroso tuvo que apresurarse a desmentir dichas afirmaciones. Por otra parte, la prensa internacional hablaba claramente de rescate. Pero vamos, imagino que como Rajoy no sabe inglés, da por hecho que el resto de sus compatriotas, tampoco.
Me sorprende que, un mes después, nadie saque a relucir esto que es a todas luces escandaloso. Estremece comprobar como la realidad española se asemeja, cada vez más, a la distopía que se presenta en 1984: los líderes políticos manipulan en cuestión de días datos objetivos y reales ante la anestesiada población. En la novela de Orwell, los datos aparecidos en prensa se destruyen y se modifican al gusto de los mandatarios, extremo al que aquí todavía no hemos llegado, así que basta rastrear en Internet las palabras del PP y encontraremos gran cantidad de documentos en diferentes formatos.
Por si todo esto no fuera suficientemente escandaloso, ayer después de que Rajoy desgranara una serie de medidas que van a hacer todavía más difícil la vida a la gran mayoría de la población, los de su partido les dedicaron una fuerte ovación. Y ni hablar ya de Andrea Fabra gritando "que se jodan". Imposible ver una mayor desprecio hacia la gente a la que supuestamente tienen encomendado servir.


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