domingo, 26 de febrero de 2012

De la Generación X a la #PrimaveraEstudiantil

Cuando yo era estudiante, los días de huelga eran, para la mayoría, días de fiesta y, de mi instituto, creo que no éramos más de diez los que acudíamos a las manifestaciones. Así que empezaron a llamarnos Generación X, que venía a ser poco menos que decir que éramos unos amuermados comparados con la gloriosa generación anterior. Y eso se ha mantenido así durante muchos años.
El movimiento antiglobalización hizo que se movilizaran muchas personas aunque la radicalidad de sus maneras y el que fueran tachados sistemáticamente de antisistemas no permitió la conexión con las masas, pese a lo acertado de sus reivindicaciones. El mundo universitario se opuso con gran fuerza al Plan Bolonia aunque se quedó ahí, en la Universidad. Pero todo esto fue dejando un poso que se reactivó a partir del 15 de mayo de 2011. La pésima situación económica; el latrocinio descarado -y muchas veces impune- de la casta política; la alternancia en el poder de PP-PSOE; la falta de expectativas de gran parte de la juventud hizo que mucha gente se lanzara a la calle. Y allí, en la plazas de las diferentes ciudades de España, aprendimos a cómo organizarnos de manera rápida, a decir basta ante tantas injusticias, a desmontar con argumentos las narrativas creadas desde el poder.
Y ahora se empieza a ver el cambio. Lo hemos visto los últimos días en el alumnado del IES Lluís Vives de Valencia y en la solidaridad ciudadana y lo continuamos viendo en esos jóvenes que se han sacudido de encima el sambenito de conformistas y que ya están empezando a preparar el 29F.


martes, 21 de febrero de 2012

#PrimaveraValenciana

Si los escritores de la Generación del 98 tomaron Castilla como epítome de una España en decadencia, creo que, en nuestra época, es la Comunidad Valenciana la que mejor refleja esa etapa de indecente despilfarro y malversación de fondos públicos por parte de una clase política sin escrúpulos ni vergüenza (solo falta recordar la foto de Francisco Camps y Rita Barberá pavoneándose en un descapotable). 
Esta misma gentuza que ha dejado vacías las arcas, condenan ahora a los jóvenes a no poder estudiar en condiciones dignas y cuando estos, en lugar de quedarse en sus casas viendo la tele o jugando con la PSP, según el célebre -y falso- retrato que se suele pintar de la juventud actual, salen a defender su derecho a una educación de calidad se encuentran, un día tras otro, con las porras y las pelotas de goma que hemos pagado con nuestros impuestos. Porque no hay dinero para la calefacción de las escuelas, pero parece que no falta para pagar los elementos de represión. No tengo palabras para describir la sensación que me produce ver esos vídeos en los que los agentes maltratan de forma brutal a menores. Menores a los que, recordemos, según la ley, ni sus padres ni sus profesores, pueden poner un dedo encima. Es tan escandaloso que una de estas imágenes apareció en el New York Times pero, sin embargo, los medios tradicionales españoles han tardado bastantes días en dedicarles un espacio que, a mí, me parece escaso. Menos mal que tenemos la redes sociales para informarnos.
¿Cómo se puede reprimir de forma tan violenta a personas que quieren estudiar? ¿Cómo es posible que se maltrate de forma pública a menores y no suceda nada? ¿Por qué este ensañamiento contra los adolescentes? ¿Por qué hay tantos detenidos? En este sentido, me parecen relevantes las palabras del jefe de policía cuando tacha a los jóvenes estudiantes de "enemigos".



domingo, 19 de febrero de 2012

Volver


Desde siempre me ha encantado el cine de Almodóvar y he visto todas sus películas una y otra vez. De hecho, creo que es una gran suerte que mi formación sentimental haya coincidido con el desarrollo de su cine y que su estética y su manera de ver el mundo hayan contribuido a conformar mi manera de ser y estar. Pero si hay una película que me llega de manera especial –además de la mítica Mujeres al borde de un ataque de nervios-, esa es Volver. En Volver están los usos y modos de la mujeres de mi familia, los espacios que configuraron sus vidas, esos besos sonoros que saben a cariño y protección. Me gusta ese sentido práctico de la vida de sus protagonistas, que tan cercano me parece y espero haber heredado; la solidaridad entre ellas; la capacidad para sacar fuerzas de donde no las hay y seguir adelante…
            Eso sin contar con las magistrales actuaciones de la bellisíma Penélope Cruz, de Lola Dueñas, de Blanca Portillo y, cómo no, de la aparecida Carmen Maura. Además de esto, imagino que esa película nos llena de esperanza por la posibilidad de volver, de volver atrás para remediar los errores del pasado y, sobre todo, de volver a estar a los que creíamos haber perdido para siempre. Y, como momento estelar, me quedo con la emoción de la protagonista al interpretar, con voz de Estrella Morente, esa canción que se entremezcla con los mimbres de las casualidades que tejen mi vida, Volver.

sábado, 11 de febrero de 2012

Sobre Garzón


Como la mayoría de personas, yo no entiendo de leyes y no me he leído la sentencia del Tribunal Superior en la que se inhabilita al juez Garzón, así que dejo aquí esta entrada de blog de Rafael Arenas, catedrático de Derecho Internacional, para tener una voz autorizada al respecto.


Dada mi desinformación sobre el tema, más allá de lo que haya podido leer en la prensa o en las redes sociales, no puedo opinar demasiado al respecto, pero sí sobre la pésima percepción de mucha gente sobre la justicia en España ya que esta sentencia viene después de la absolutoria de Camps -que ayer hizo alarde de una actitud chulesca en la defensa de su tesis doctoral y su director llamó delincuente a Garzón-, de la también incomprensible sentencia del caso de Marta del Castillo, de los privilegios que se están aplicando a Iñaki Urdangarin... En la prensa ya se habla de brecha entre la sociedad y la justicia y esto me parece peligroso, terriblemente peligroso, porque dejar de creer en la justicia es abonar el campo a cualquier totalitarismo. Eso por no hablar del descrédito internacional que estamos sufriendo por culpa del acoso a Baltasar Garzón ya que cuesta entender, por ejemplo, que el juez esté acusado por investigar los crímenes cometidos durante el franquismo y hasta la ONU se ha pronunciado a favor de dicha investigación.
Y es que, por mucho que el Rey dijera en su discurso navideño que la justicia es igual para todos, las noticias que se suceden a diario parecen estar empeñadas en demostrar lo contrario.